VEJEZ Y MUERTE COMO ESPACIO DE CONSTRUCCIÓN DE SENTIDO
PROCESO DE ENVEJECIMIENTO: MIRADA BIO-PSICO-SOCIAL
TRABAJO COLABORATIVO 1
LISSETH JOHANA CORREA PLATA
CHARLY GALVEZ
MARISOL ARIAS SOTO
MANUELA BEATRIZ PEREZ
PRESENTADO A
JOBANA FARINE AGREGO
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A
DISTANCIA
ABRIL-15-2014
LA VEJEZ “ULTIMA ETAPA DE LA VIDA”
Empezamos
desde la etapa de gestación, bebes, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores
que es la etapa a la que todos le tememos, debido a los cambios físicos,
cognitivos y psicosociales que se sufren al llegar a esta etapa de la vida,
desde las primeras etapas debemos prepararnos, teniendo una vida sana, tratando
de tener un mejor estado físico, para adaptarse a los cambios que la memoria
puede sufrir, tener buenas relaciones
interpersonales con la familia, ya que cuando se llega a esta etapa muchos de ellos son maltratados y debido a
estos maltratos se ven sumidos a las depresiones. El envejecimiento se relaciona con los cambios
físicos y con frecuencia se concibe como el punto en cual los individuos agotan
su potencial biológico. Es un proceso irreversible, comienza con la
disminución progresiva de la reserva
fisiológica en la mayoría de los órganos, se disminuye la masa muscular, la
masa ósea y se aumenta el tejido adiposo, se disminuye el peso corporal, la
talla, las hormonas sexuales. El pelo y las uñas disminuyen su crecimiento, hay
tendencia a la descalcificación, disminuye la reserva de oxígeno y la
circulación cerebral.
Durante
el envejecimiento hay muchos cambios psicológicos en el sistema nervioso, los
sentidos, las funciones cognitivas, afectividad, motivaciones y en la
personalidad. La memoria a largo plazo se mantiene intacta es la memoria a
corto plazo que empieza a mostrar falencias y se les dificultad recordar los
hechos recientes. Los cambios significativos en la inteligencia empiezan
apreciarse a partir de los 70 años. Debido a estos cambios los ancianos deben
adaptarse a situaciones nuevas y con frecuencias estresantes en un momento de
su vida en que se encuentra disminuida la capacidad de adaptación y de cambio.
En
esta última etapa de la vida el acompañamiento de los seres queridos es
indispensable, ya que los ayuda a preparar el momento difícil de la partida,
aunque hay que reconocer que es una tarea que demanda tanta energía y
dedicación
Como queremos vivir esos años
del proceso de envejecimiento?
Las
actividades recreativas como actividades lúdicas, salir a caminar en grupo,
ayudan al anciano a socializarse, a tener confianza en sí mismo, sentido de
pertenencia mediante una ocupación placentera en su tiempo libre.
La vejez es una de las
tantas etapas que se vivencia en la vida de todo ser humano. Es un proceso
inevitable e importante que influye, causa cambios e interés, no sólo para la
persona que pasa por este proceso, sino también para quienes lo rodean y para
la sociedad en la que convive.
En la mayoría de los
casos el proceso de envejecimiento es visto como algo traumático y como un
estado de desgaste y deterioro, en los que la persona “deja de vivir” y se
dedica a dejar que el tiempo pase y acabe con todo; ya sea llevado por la
influencia de los cambios biológicos, psicológicos y sociales que se denotan
con gran fuerza en ese momento, los cuales si se toman de una forma 100%
negativa terminan por volver un calvario esta etapa.
En el proceso de
envejecimiento se presentan 3 miradas o cambios: Biológicos-Sociales y
Psicológicos.
Los
cambios Biológicos tal vez sean los
que más se hacen notar, ya que pueden ser visibles con mayor facilidad; estos
hacen parte del mismo desarrollo y evolución del cuerpo de la persona y los
cambios se hacen drásticos en comparación con otras etapas de la vida.
Dentro de los cambios
biológicos se destacan la disminución en
la fuerza física y coordinación debido al desgaste y la pérdida de
habilidades. La visión presenta un
deterioro en la mayoría de los casos, acarreando consigo problemas como
cataratas, hipermetropía entre otras. La audición,
el gusto, el olfato y el tacto son
otros aspectos que sufren grandes y notables cambios como pérdida de audición,
especialmente para detectar sonidos agudos; disminuye la capacidad de percibir
sabores por el deterioro de las palilas gustativas, la capacidad para discriminar
olores de alimentos pierde su potencialidad, haciendo que esta combinación
causen quejas y molestias hasta en el momento de probar los alimentos. La piel
(en donde se desarrolla la capacidad del tacto) presenta visibles cambios como
manchas, arrugas, sequedad y fragilidad, debidos a la disminución de colágeno,
grasa subcutánea y masa muscular.
Además de disminución
de masa esquelética, rigidez articular; cambios en el rendimiento del sistema
respiratorio, cardiovascular, digestivo, excretor etc.
Pero los cambios
biológicos no son los únicos que se presentan; los cambios Sociales son otro punto de gran interés en el transcurso de esta
etapa. Lo que más influye en estos cambios es la óptica de la misma sociedad,
en la que se ha fijado el pensar de que todo anciano debe ser apartado de su
vida y dejarlo que simplemente termine sus días de una manera solitaria,
apartada y hasta triste llegando al punto que son apartados de la vida social.
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Otro y tal vez uno de
los de mayor interés para nosotros son los cambios Psicológicos que se presentan en la vejez.
Una gran fuente que
influye a estos cambios son los anteriormente mencionados cambios sociales, ya
que por la sociedad apartar y ver el envejecimiento desde ese punto de vista,
es que ésta se ha vuelto, para muchos que se dejan influenciar, en algo
catastrófico y detonante.
Estos
cambios psicológicos son de tanta influencia que además de abarcar al ser
humano que los vive, también en la gran mayoría de los casos, influencia en el
vivir de las personas con quien se convive y lo rodea.
Uno de los cambios que
se nota desde esta mirada, son los cambios cognitivos,
al cambiar y afectar la forma de pensar (influenciados por “ver que la vida se
les acaba”) y las capacidades intelectuales (ya sea por el mismo deterioro
fisiológico y mental). Otro de los cambios es en la parte afectiva, emocional y de personalidad, cambiando la forma de
sentir, expresar afecto y ver los hechos que actualmente se presenten. Otro
punto es el cambio en la parte de la sexualidad,
en donde no va a ser igual la actividad y el deseo sexual; pero aún así no quiere
decir que ésta se debe perder por completo, sólo por el simple hecho de llegar
a viejos.
Los cambios
psicológicos son de gran importancia porque llevados o tomados desde un punto
de vista pesimista, esta etapa se puede convertir en un desencadenante de
problemas en donde podría traer consigo temáticas como depresiones llevando a
la persona a no disfrutar de este bello momento.
Entonces
podemos destacar que en el proceso de envejecimiento sí se presentan cambios
drásticos en nuestra vida y que estos son en gran parte inevitables; lo que si
no se debe dar por hecho, es que ésta tenga que ser una etapa de la vida en el
que la persona se termine de deteriorar, por el contrario, hay que mentalizarse
que aunque con todos estos cambios la vida sigue y que aun se puede disfrutar y
vivir en paz el resto de vida que queda.
El paso a la vejez es
una etapa normal la cual se inicia a partir de los 60 años es un ciclo natural
de la vida, gradualmente van ocurriendo muchos cambios en nuestro organismo, el
anciano percibe todos estos cambios físicos y en el entorno, lo psíquico
también sufre una transformación en lo que se refiere a conductas, creencias y
valores. No todas las personas asimilan este proceso de la misma manera toda va
en la actitud, en tener una espiritualidad rica, seguir realizando actividades
que sean de su agrado, y lo más importante es el acompañamiento familiar
brindarles nuestro apoyo incondicional para que puedan transcurrir esta fase de
una manera tranquila ayudándoles a mejorar su calidad de vida. Todo el proceso de envejecimiento los
analizamos desde tres factores importantes: biológicos, psicológicos y
sociales.
ASPECTOS BIOLOGICOS
ASPECTOS PSICOLOGICOS
Esta etapa está
marcada por los cambios que se producen en las funciones psicológicas como en
la atención, percepción, el aprendizaje, la memoria, la afectividad, la
personalidad, entre otros factores.
Los cambios psicológicos
los podemos dividir en tres factores:
1. Cognitivos: los
que afectan a la manera de pensar, así como las capacidades de tipo
intelectual.
2. Los afectivos y de
personalidad: los que afectan a la forma de sentir y expresar afecto y la forma
de interpretar los hechos de la realidad.
3. Los sexuales: es
decir, los que afectan al deseo sexual y a la actividad sexual.
Durante la etapa de la vejez la aparición de
circunstancias dolorosas se vuelve más probable. Cuando se produce la pérdida
de un ser amado o de una abstracción equivalente (duelo normal), ésta se
acompaña de pena y tristeza, además de una identificación con el objeto perdido. También, la vejez es una
época en que se realiza una revisión de la vida. El proceso psicológico de
reminiscencia se produce por la aproximación a la muerte, por la dificultad de
sostener la propia invulnerabilidad o para el mantenimiento de la autoestima
frente a la declinación física e intelectual. El aumento de tiempo libre
también es un factor decisivo en esta situación. Durante esta interioridad se
realiza una revisión, replanteo o cuestionamiento de una escala de valores y de
aquello que se ha logrado o no, en relación con el ideal trazado por el
individuo.
ASPECTOS SOCIALES
En
nuestras sociedades Los adultos mayores en muchas ocasiones son discriminados por su edad. A esto se llama viejismo que
es el conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a
los adultos mayores. Uno de los prejuicios más
comúnmente extendidos, es el de que "los viejos son todos enfermos o
discapacitados”. La gente suele argumentar que los adultos mayores pasan mucho
tiempo en la cama a causa de enfermedades, tienen muchos accidentes en los
hogares, tienen pobre coordinación psicomotriz, el resultado de estos
prejuicios es que se establece una fuerte sinonimia: viejo=enfermo, La falta de definición del rol también incide en la dificultad de
darle un sentido pleno a la vida en la vejez, ya que parte del sentido de la
vida se obtiene, precisamente, al cumplir el rol básico asignado por la
sociedad.
SEXUALIDAD Y VEJEZ
Desde el punto
de vista biológico, todas las personas
nacen y llegan al final de su vida como seres sexuales, El disfrute de una relación amorosa no cambia por el paso de los años.
El placer sexual es una experiencia deseable y válida para los adultos mayores
porque genera gran bienestar. Una menor cantidad de contactos sexuales, los
mismos deseos y una mayor calidad en la relación de pareja, conforman las
características más notables de la sexualidad en la edad geriátrica.
Al
abordar la sexualidad es obligado mencionar sus 3 componentes básicos: el
biológico o sexo biológico del individuo que anatomofisiológicamente lo
representará toda su vida; el psicológico, el cual surge gracias al proceso de
interpretación del yo; y
finalmente el social. Los 3
interactúan a lo largo de toda la existencia humana, y de esta misma manera
repercutirán sobre las diversas etapas de nuestro ciclo vital.
En
las condiciones actuales, en que el número de senescentes es cada vez más
creciente y las causas de morbilidad en este grupo poblacional son
perfectamente previsibles o exitosamente controlados, palpamos un significativo
interés por liberarlos de los prejuicios y mitos que los marginan en el terreno
sexual.
Las
pautas de interacción sexual en el adulto mayor no difieren de las practicadas
en etapas anteriores de la vida. El coito vaginal, el sexo oral y la
masturbación recíproca son formas de ejecutar el acto sexual, preferidas tanto por
jóvenes como por ancianos. En el senescente la masturbación en solitario
también constituye una forma válida de actividad sexual. El hombre mayor, por
lo general, admite masturbarse en solitario, como medio para lograr
autosatisfacción y alivio de las tensiones eróticas, mientras que la mujer
añosa suele negar u ocultar este acto, y en ello influyen los prejuicios
culturales sobre la sexualidad femenina que aún persisten en sociedades como la
nuestra. Algunos autores sugieren que la masturbación en determinadas
mujeres aumenta el sentimiento de soledad y la angustia por la falta de
intimidad compartida; otros, sin embargo, aconsejan la práctica de este acto
como medio eficaz para que la mujer aprenda a reconocer la calidad del orgasmo.
La
actividad sexual es posible y frecuentemente satisfactoria en el hombre y la
mujer que superan los 60 años. No se trata de imponer un modelo joven de
sexualidad al adulto mayor, sino de que esta se entienda y considere en un
sentido más amplio, y no como una actividad orientada a coitar. Se trata de
incluir el coito, si así se desea, pero también de ofrecerles la oportunidad de
cortejarse, relacionarse, enamorarse, atraerse, aspectos que ocupan un lugar
relevante en la sexualidad humana, pues la necesidad y el deseo de tocar y ser
tocados, mimados y acariciados aumenta con el transcurso de los años. Aún los ancianos con algún grado de
incapacidad mental tienen la capacidad para vivenciar placer.
En
la vejez existe mayor experiencia sexual, se es más sosegado y juicioso, el
sentimiento suele ceder paso a la razón, existe mayor entendimiento en la
relación con nuestra pareja, mayor ternura y sabiduría. Como en esta etapa de
la vida se agudiza el criterio de la realidad, se toma mayor conciencia de lo
que puede hacerse o no con el sexo. Al perder con el transcurso vivido la
urgencia de eyacular, el hombre al tener menor ansiedad, puede gozar de un
juego sexual y un coito más prolongado. Pero no todo son ganancias, recordemos
que la temática principal que caracteriza a las experiencias emocionales de los
ancianos es la pérdida. Tienen
que enfrentarse al duelo de múltiples pérdidas (de la pareja, los amigos, los
familiares, los colegas, de la estructura familiar por independencia de los
hijos, etc.), el cambio de estatus laboral y de prestigio, así como el declive
de las capacidades físicas y de salud. Gastan cantidades elevadas de energía
física y emocional en el duelo, la resolución y la adaptación a los cambios que
produce la pérdida. Muchos ancianos pueden vivir en situación de duelo
permanente debido a la pérdida sucesiva de personas cercanas y muy queridas.
Por ello, la valoración de la actividad sexual del anciano debe suponer un
enfoque integral, pues más que una afectación intrínseca de la sexualidad se
impone la concurrencia de enfermedades, factores educacionales y psicosociales.
Entre los determinantes que influyen negativamente en la
sexualidad del adulto mayor interesaría resaltar:
La ausencia de compañero/a
sexual, ya sea por viudez, soltería o enfermedad grave de la pareja. El hecho
de perder la pareja es un factor determinante del cese de la actividad sexual
en esta etapa de la vida. El adulto mayor suele resistirse a la idea de
vivenciar nuevamente placer con una pareja distinta a la antigua, especialmente
cuando la convivencia con la persona fallecida fue prolongada y satisfactoria. Una persona mayor es más difícil que
inicie relaciones sexuales, esto es más manifiesto en las féminas. Al
senescente también se le dificulta la recuperación de la actividad sexual
cuando el período de abstinencia ha sido prolongado. Por otra parte, cuando un
anciano muestra interés en cuestiones específicas del área sexual o habla en
público de la sexualidad, cuando busca pareja después de haber enviudado o
cuando se forman nuevas parejas en la tercera edad, suelen catalogarse como
actos improcedentes, alegándose, muchas veces, la realización de actividades
que no corresponden a las regulaciones para esa edad y, por tanto, al
transgredir normas, el pago puede ser sentirse ridículo o rechazado.
En nuestro país es
característico del matrimonio de adultos mayores su funcionamiento bajo el
precepto cultural de "hasta que la muerte nos separe" proveniente de
una tradición religiosa. Aunque hay divorcio, no es para esa edad un evento tan
común. La pérdida del cónyuge en
esta etapa de la vida, conlleva a que el anciano carezca de la compañía que más
le satisface en términos de comprensión, afecto y comunicación, lo que
constituye un factor desencadenante para vivenciar un estado depresivo. Sobre
todo el hombre añoso asocia la viudez al fenómeno de la soledad. En el anciano
deprimido la soledad es uno de los enemigos más peligrosos para el
desencadenamiento de la conducta suicida.
• El nivel de interés sexual en el anciano está en correspondencia con
el que haya desarrollado y mantenido a lo largo de su vida. El funcionamiento
sexual se comporta como las restantes funciones, si no se ejercita, merma hasta
desaparecer. Es importante señalar que aquellos que tuvieron una vida sexual activa,
la perpetúan, mientras que aquellos que a lo largo de su existencia ejercieron
un sexo pobre y falto de interés, pierden el deseo por la sexualidad más
tempranamente. La continuidad de la relación sexual en esta etapa de nuestras
vidas es esencial, así como, favorecer de algún modo el hecho de que se
fomenten nuevas parejas, en especial cuando uno de los miembros fallece y el
otro expresa la necesidad o el deseo de tener compañero o compañera.
Lo importante es que el anciano no pierda el ánimo sexual, ya que con el abandono de la sexualidad paulatinamente comenzamos a declinar en todos los órdenes de la vida, social, laboral, el aspecto físico, etc., y la manera de combatir esta declinación es el afecto, ya que muchas veces es solo miedo al fracaso sexual.
COMENTARIOS
La vejez es un proceso
complejo, influido por la herencia, la alimentación, la salud, los factores
ambientales y no se sabe con exactitud por que el cuerpo de las personas
funcionan menos eficientemente a medida que se hace viejos. Como ciclo natural
de nuestras vidas tenemos que llegar a esta etapa pasando por el
desgaste físico llevando a la pérdida de habilidades tanto físicas
como mentales. Aunque todo depende del entorno, el estilo de vida, el rol que
se ha tenido frente a la sociedad, esta etapa está marcada por muchos
cambios también es la etapa de la jubilación, trae cambios
a nivel emocional, socioeconómicos, hay muchos ancianos que al llegar
a esta edad no cuentan con el apoyo familiar y tiene pésimas condiciones
de vida.
La muerte es una
realidad para todos sin importar la edad, pero las personas a medida que se
acercan a la vejez y ven este tema como algo mas próximo no se sienten
preparadas para afrontarlo, es por eso que debemos brindar todo nuestro apoyo
es una etapa donde el acompañamiento es esencial y puede hacer que tomen
esta etapa de una manera más armoniosa.
Existen diversos paradigmas para comprender la vejez
y el envejecimiento, ya que ambos procesos expresan a una realidad
multifacética atravesada no solo por el paso del tiempo, sino también por
aspectos fisiológicos, sociales y culturales.
La vejez puede ser tanto una etapa de pérdidas como
de plenitud, todo depende de la combinación de recursos y la estructura de
oportunidades individuales y generacionales a la que están expuestas las
personas en el transcurso de su vida, de acuerdo a su condición y posición dentro de la sociedad. Esto remite a
la conjugación de la edad con otras diferencias que condicionan el acceso y
disfrute de los recursos y oportunidades —tales como el género, la clase social
o el origen étnico.
El adulto mayor tiene que
enfrentar el no volver al trabajo y perder la vida social que tenía,
entendiendo que debe centrarse mejor en ganar espacio en su familia para que
así se sienta que pertenece a algo; así mismo debe entender que los años pasan
y que hay que cuidarse para ese momento tratando de obtener un mejor estado
físico para adaptarse a los cambios ya que la memoria puede llegar a declinar
pero esto puede ser compensado con la calidad de sus pensamientos ya que estos
están cargados de una sabiduría heredada de las vivencias.
Igualmente, hay que tener en cuenta
la autoestima de los adultos mayores, ya que la manera como ellos se perciben
depende de cómo se sientan, inútiles y sin ganas de superarse, sufren
depresión por los cambios y al aislamiento que en ocasiones les sucede por el
desempleo, así como el decaimiento del valor adquisitivo, hay que resaltar que
todos vamos a llegar a esta etapa de la vida, que debemos aprender a convivir
con nuestros adultos y que en algún momento necesitaremos de ellos.
BIBLIOGRAFIA
vejez.galeon.com
vejezconsalud.weebly.com ›
factores-biopsicosociales
Revista Cubana de Medicina General
Integral
versión On-line ISSN 1561-3038
Rev Cubana
Med Gen Integr v.24 n.1 Ciudad de La
Habana ene.-mar. 2008
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