martes, 15 de abril de 2014

VEJEZ Y MUERTE COMO ESPACIO DE CONSTRUCCIÓN DE SENTIDO
PROCESO DE ENVEJECIMIENTO: MIRADA BIO-PSICO-SOCIAL

TRABAJO COLABORATIVO 1



LISSETH JOHANA CORREA PLATA
CHARLY GALVEZ
MARISOL ARIAS SOTO
MANUELA BEATRIZ PEREZ



PRESENTADO A
JOBANA FARINE AGREGO


UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA
ABRIL-15-2014














LA VEJEZ  “ULTIMA ETAPA DE LA VIDA”

Empezamos desde la etapa de gestación, bebes, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores que es la etapa a la que todos le tememos, debido a los cambios físicos, cognitivos y psicosociales que se sufren al llegar a esta etapa de la vida, desde las primeras etapas debemos prepararnos, teniendo una vida sana, tratando de tener un mejor estado físico, para adaptarse a los cambios que la memoria puede sufrir, tener buenas  relaciones interpersonales con la familia, ya que cuando se llega a esta etapa  muchos de ellos son maltratados y debido a estos maltratos se ven sumidos a las depresiones.  El envejecimiento se relaciona con los cambios físicos y con frecuencia se concibe como el punto en cual los individuos agotan su potencial biológico. Es un proceso irreversible, comienza con la disminución  progresiva de la reserva fisiológica en la mayoría de los órganos, se disminuye la masa muscular, la masa ósea y se aumenta el tejido adiposo, se disminuye el peso corporal, la talla, las hormonas sexuales. El pelo y las uñas disminuyen su crecimiento, hay tendencia a la descalcificación, disminuye la reserva de oxígeno y la circulación cerebral.
Durante el envejecimiento hay muchos cambios psicológicos en el sistema nervioso, los sentidos, las funciones cognitivas, afectividad, motivaciones y en la personalidad. La memoria a largo plazo se mantiene intacta es la memoria a corto plazo que empieza a mostrar falencias y se les dificultad recordar los hechos recientes. Los cambios significativos en la inteligencia empiezan apreciarse a partir de los 70 años. Debido a estos cambios los ancianos deben adaptarse a situaciones nuevas y con frecuencias estresantes en un momento de su vida en que se encuentra disminuida la capacidad de adaptación y de cambio.
En esta última etapa de la vida el acompañamiento de los seres queridos es indispensable, ya que los ayuda a preparar el momento difícil de la partida, aunque hay que reconocer que es una tarea que demanda tanta energía y dedicación
Como queremos vivir esos años del proceso de envejecimiento?
Preparándonos, desarrollando actividades de esparcimiento y recreación Desarrollando hábitos de autocuidado, participando en actividades sociales, aportar todas esas experiencias y valores a las futuras generaciones,  buscar motivaciones para seguir viviendo y así llegar a experimentar un sentimiento de bienestar físico y psicológico donde intervienen factores o individuales como los son la autoestima, la salud y la independencia.
Las actividades recreativas como actividades lúdicas, salir a caminar en grupo, ayudan al anciano a socializarse, a tener confianza en sí mismo, sentido de pertenencia mediante una ocupación placentera en su tiempo libre.

La vejez es una de las tantas etapas que se vivencia en la vida de todo ser humano. Es un proceso inevitable e importante que influye, causa cambios e interés, no sólo para la persona que pasa por este proceso, sino también para quienes lo rodean y para la sociedad en la que convive.
En la mayoría de los casos el proceso de envejecimiento es visto como algo traumático y como un estado de desgaste y deterioro, en los que la persona “deja de vivir” y se dedica a dejar que el tiempo pase y acabe con todo; ya sea llevado por la influencia de los cambios biológicos, psicológicos y sociales que se denotan con gran fuerza en ese momento, los cuales si se toman de una forma 100% negativa terminan por volver un calvario esta etapa.
En el proceso de envejecimiento se presentan 3 miradas o cambios: Biológicos-Sociales y Psicológicos.
Los cambios Biológicos tal vez sean los que más se hacen notar, ya que pueden ser visibles con mayor facilidad; estos hacen parte del mismo desarrollo y evolución del cuerpo de la persona y los cambios se hacen drásticos en comparación con otras etapas de la vida.
Dentro de los cambios biológicos se destacan la disminución en la fuerza física y coordinación debido al desgaste y la pérdida de habilidades. La visión presenta un deterioro en la mayoría de los casos, acarreando consigo problemas como cataratas, hipermetropía entre otras. La audición, el gusto, el olfato y el tacto son otros aspectos que sufren grandes y notables cambios como pérdida de audición, especialmente para detectar sonidos agudos; disminuye la capacidad de percibir sabores por el deterioro de las palilas gustativas, la capacidad para discriminar olores de alimentos pierde su potencialidad, haciendo que esta combinación causen quejas y molestias hasta en el momento de probar los alimentos. La piel (en donde se desarrolla la capacidad del tacto) presenta visibles cambios como manchas, arrugas, sequedad y fragilidad, debidos a la disminución de colágeno, grasa subcutánea y masa muscular.
Además de disminución de masa esquelética, rigidez articular; cambios en el rendimiento del sistema respiratorio, cardiovascular, digestivo, excretor etc.
Pero los cambios biológicos no son los únicos que se presentan; los cambios Sociales son otro punto de gran interés en el transcurso de esta etapa. Lo que más influye en estos cambios es la óptica de la misma sociedad, en la que se ha fijado el pensar de que todo anciano debe ser apartado de su vida y dejarlo que simplemente termine sus días de una manera solitaria, apartada y hasta triste llegando al punto que son apartados de la vida social.
Es cierto que al llegar este momento en la vida se piensa en descansar, pero no significa que la persona se deba volver inútil y como si la vida se le hubiera acabado. Hay que ser conscientes de los cuidados y los cambios que se acarrean con sigo, sin dejarse llevar por la mirada fatalista de la sociedad. En el ámbito social el anciano comienza a abandonar roles u ocupaciones que anteriormente tenia, generando consigo y en la mayoría de los casos disminución en las relaciones sociales y falta de actividad social. Entre los cambios sociales se pueden destacar principalmente el tema del abandono de roles entrando a relucir la Jubilación y hasta Discriminación por parte de quienes lo rodean.
Otro y tal vez uno de los de mayor interés para nosotros son los cambios Psicológicos que se presentan en la vejez.
Una gran fuente que influye a estos cambios son los anteriormente mencionados cambios sociales, ya que por la sociedad apartar y ver el envejecimiento desde ese punto de vista, es que ésta se ha vuelto, para muchos que se dejan influenciar, en algo catastrófico y detonante.
Estos cambios psicológicos son de tanta influencia que además de abarcar al ser humano que los vive, también en la gran mayoría de los casos, influencia en el vivir de las personas con quien se convive y lo rodea.
Uno de los cambios que se nota desde esta mirada, son los cambios cognitivos, al cambiar y afectar la forma de pensar (influenciados por “ver que la vida se les acaba”) y las capacidades intelectuales (ya sea por el mismo deterioro fisiológico y mental). Otro de los cambios es en la parte afectiva, emocional y de personalidad, cambiando la forma de sentir, expresar afecto y ver los hechos que actualmente se presenten. Otro punto es el cambio en la parte de la sexualidad, en donde no va a ser igual la actividad y el deseo sexual; pero aún así no quiere decir que ésta se debe perder por completo, sólo por el simple hecho de llegar a viejos.
Los cambios psicológicos son de gran importancia porque llevados o tomados desde un punto de vista pesimista, esta etapa se puede convertir en un desencadenante de problemas en donde podría traer consigo temáticas como depresiones llevando a la persona a no disfrutar de este bello momento.
Entonces podemos destacar que en el proceso de envejecimiento sí se presentan cambios drásticos en nuestra vida y que estos son en gran parte inevitables; lo que si no se debe dar por hecho, es que ésta tenga que ser una etapa de la vida en el que la persona se termine de deteriorar, por el contrario, hay que mentalizarse que aunque con todos estos cambios la vida sigue y que aun se puede disfrutar y vivir en paz el resto de vida que queda.

 El paso a la vejez es una etapa normal la cual se inicia a partir de los 60 años es un ciclo natural de la vida, gradualmente van ocurriendo muchos cambios en nuestro organismo, el anciano percibe todos estos cambios físicos y en el entorno, lo psíquico también sufre una transformación en lo que se refiere a conductas, creencias y valores. No todas las personas asimilan este proceso de la misma manera toda va en la actitud, en tener una espiritualidad rica, seguir realizando actividades que sean de su agrado, y lo más importante es el acompañamiento familiar brindarles nuestro apoyo incondicional para que puedan transcurrir esta fase de una manera tranquila ayudándoles a mejorar su calidad de vida.  Todo el proceso de envejecimiento los analizamos desde tres factores importantes: biológicos, psicológicos y sociales.




ASPECTOS BIOLOGICOS



Esta etapa hace referencia a los cambios que vienen con la edad, el aspecto general refleja el envejecimiento La piel pierde su hidratación y elasticidad, se arruga; aparecen varicosidades, las venas sobresalen, los cabellos se encanecen y se hacen escasos. A esto se le suman las alteraciones auto perceptibles de las funciones oculares y auditivas, el incremento de la fatigabilidad muscular y un cambio en la velocidad de respuesta adaptativa a ciertos estímulos (por ejemplo, sexuales). El modo cómo se envejece, depende de varios factores: Las condiciones de vida: alimentación y cuidado de la salud; las enfermedades personales o familiares, el tipo de trabajo que se ha realizado. El ambiente familiar: afecto, relaciones democráticas, conflictos, entre otros.


ASPECTOS PSICOLOGICOS


           

Esta etapa está marcada por los cambios que se producen en las funciones psicológicas como en la atención, percepción, el aprendizaje, la memoria, la afectividad, la personalidad, entre otros factores.
Los cambios psicológicos los podemos dividir en tres factores:
1. Cognitivos: los que afectan a la manera de pensar, así como las capacidades de tipo intelectual.
2. Los afectivos y de personalidad: los que afectan a la forma de sentir y expresar afecto y la forma de interpretar los hechos de  la realidad.
3. Los sexuales: es decir, los que afectan al deseo sexual y a la actividad sexual.
 Durante la etapa de la vejez la aparición de circunstancias dolorosas se vuelve más probable. Cuando se produce la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente (duelo normal), ésta se acompaña de pena y tristeza, además de una identificación con el objeto perdido. También, la vejez es una época en que se realiza una revisión de la vida. El proceso psicológico de reminiscencia se produce por la aproximación a la muerte, por la dificultad de sostener la propia invulnerabilidad o para el mantenimiento de la autoestima frente a la declinación física e intelectual. El aumento de tiempo libre también es un factor decisivo en esta situación. Durante esta interioridad se realiza una revisión, replanteo o cuestionamiento de una escala de valores y de aquello que se ha logrado o no, en relación con el ideal trazado por el individuo.
ASPECTOS SOCIALES




En nuestras sociedades Los adultos mayores en muchas ocasiones son discriminados  por su edad. A esto se llama viejismo que es el conjunto de prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a los adultos mayores. Uno de los prejuicios más comúnmente extendidos, es el de que "los viejos son todos enfermos o discapacitados”. La gente suele argumentar que los adultos mayores pasan mucho tiempo en la cama a causa de enfermedades, tienen muchos accidentes en los hogares, tienen pobre coordinación psicomotriz, el resultado de estos prejuicios es que se establece una fuerte sinonimia: viejo=enfermo, La falta de definición del rol también incide en la dificultad de darle un sentido pleno a la vida en la vejez, ya que parte del sentido de la vida se obtiene, precisamente, al cumplir el rol básico asignado por la sociedad.

 SEXUALIDAD Y VEJEZ

Desde el punto de vista biológico,  todas las personas nacen y llegan al final de su vida como seres sexuales, El disfrute de una relación amorosa no cambia por el paso de los años. El placer sexual es una experiencia deseable y válida para los adultos mayores porque genera gran bienestar. Una menor cantidad de contactos sexuales, los mismos deseos y una mayor calidad en la relación de pareja, conforman las características más notables de la sexualidad en la edad geriátrica. 
Al abordar la sexualidad es obligado mencionar sus 3 componentes básicos: el biológico o sexo biológico del individuo que anatomofisiológicamente lo representará toda su vida; el psicológico, el cual surge gracias al proceso de interpretación del yo; y finalmente el social. Los 3 interactúan a lo largo de toda la existencia humana, y de esta misma manera repercutirán sobre las diversas etapas de nuestro ciclo vital.
En las condiciones actuales, en que el número de senescentes es cada vez más creciente y las causas de morbilidad en este grupo poblacional son perfectamente previsibles o exitosamente controlados, palpamos un significativo interés por liberarlos de los prejuicios y mitos que los marginan en el terreno sexual.
Las pautas de interacción sexual en el adulto mayor no difieren de las practicadas en etapas anteriores de la vida. El coito vaginal, el sexo oral y la masturbación recíproca son formas de ejecutar el acto sexual, preferidas tanto por jóvenes como por ancianos. En el senescente la masturbación en solitario también constituye una forma válida de actividad sexual. El hombre mayor, por lo general, admite masturbarse en solitario, como medio para lograr autosatisfacción y alivio de las tensiones eróticas, mientras que la mujer añosa suele negar u ocultar este acto, y en ello influyen los prejuicios culturales sobre la sexualidad femenina que aún persisten en sociedades como la nuestra. Algunos autores sugieren que la masturbación en determinadas mujeres aumenta el sentimiento de soledad y la angustia por la falta de intimidad compartida; otros, sin embargo, aconsejan la práctica de este acto como medio eficaz para que la mujer aprenda a reconocer la calidad del orgasmo.
La actividad sexual es posible y frecuentemente satisfactoria en el hombre y la mujer que superan los 60 años. No se trata de imponer un modelo joven de sexualidad al adulto mayor, sino de que esta se entienda y considere en un sentido más amplio, y no como una actividad orientada a coitar. Se trata de incluir el coito, si así se desea, pero también de ofrecerles la oportunidad de cortejarse, relacionarse, enamorarse, atraerse, aspectos que ocupan un lugar relevante en la sexualidad humana, pues la necesidad y el deseo de tocar y ser tocados, mimados y acariciados aumenta con el transcurso de los años. Aún los ancianos con algún grado de incapacidad mental tienen la capacidad para vivenciar placer.
En la vejez existe mayor experiencia sexual, se es más sosegado y juicioso, el sentimiento suele ceder paso a la razón, existe mayor entendimiento en la relación con nuestra pareja, mayor ternura y sabiduría. Como en esta etapa de la vida se agudiza el criterio de la realidad, se toma mayor conciencia de lo que puede hacerse o no con el sexo. Al perder con el transcurso vivido la urgencia de eyacular, el hombre al tener menor ansiedad, puede gozar de un juego sexual y un coito más prolongado. Pero no todo son ganancias, recordemos que la temática principal que caracteriza a las experiencias emocionales de los ancianos es la pérdida. Tienen que enfrentarse al duelo de múltiples pérdidas (de la pareja, los amigos, los familiares, los colegas, de la estructura familiar por independencia de los hijos, etc.), el cambio de estatus laboral y de prestigio, así como el declive de las capacidades físicas y de salud. Gastan cantidades elevadas de energía física y emocional en el duelo, la resolución y la adaptación a los cambios que produce la pérdida. Muchos ancianos pueden vivir en situación de duelo permanente debido a la pérdida sucesiva de personas cercanas y muy queridas. Por ello, la valoración de la actividad sexual del anciano debe suponer un enfoque integral, pues más que una afectación intrínseca de la sexualidad se impone la concurrencia de enfermedades, factores educacionales y psicosociales.


Entre los determinantes que influyen negativamente en la sexualidad del adulto mayor interesaría resaltar:
 La ausencia de compañero/a sexual, ya sea por viudez, soltería o enfermedad grave de la pareja. El hecho de perder la pareja es un factor determinante del cese de la actividad sexual en esta etapa de la vida. El adulto mayor suele resistirse a la idea de vivenciar nuevamente placer con una pareja distinta a la antigua, especialmente cuando la convivencia con la persona fallecida fue prolongada y satisfactoria. Una persona mayor es más difícil que inicie relaciones sexuales, esto es más manifiesto en las féminas. Al senescente también se le dificulta la recuperación de la actividad sexual cuando el período de abstinencia ha sido prolongado. Por otra parte, cuando un anciano muestra interés en cuestiones específicas del área sexual o habla en público de la sexualidad, cuando busca pareja después de haber enviudado o cuando se forman nuevas parejas en la tercera edad, suelen catalogarse como actos improcedentes, alegándose, muchas veces, la realización de actividades que no corresponden a las regulaciones para esa edad y, por tanto, al transgredir normas, el pago puede ser sentirse ridículo o rechazado.

En nuestro país es característico del matrimonio de adultos mayores su funcionamiento bajo el precepto cultural de "hasta que la muerte nos separe" proveniente de una tradición religiosa. Aunque hay divorcio, no es para esa edad un evento tan común. La pérdida del cónyuge en esta etapa de la vida, conlleva a que el anciano carezca de la compañía que más le satisface en términos de comprensión, afecto y comunicación, lo que constituye un factor desencadenante para vivenciar un estado depresivo. Sobre todo el hombre añoso asocia la viudez al fenómeno de la soledad. En el anciano deprimido la soledad es uno de los enemigos más peligrosos para el desencadenamiento de la conducta suicida.



• El nivel de interés sexual en el anciano está en correspondencia con el que haya desarrollado y mantenido a lo largo de su vida. El funcionamiento sexual se comporta como las restantes funciones, si no se ejercita, merma hasta desaparecer. Es importante señalar que aquellos que tuvieron una vida sexual activa, la perpetúan, mientras que aquellos que a lo largo de su existencia ejercieron un sexo pobre y falto de interés, pierden el deseo por la sexualidad más tempranamente. La continuidad de la relación sexual en esta etapa de nuestras vidas es esencial, así como, favorecer de algún modo el hecho de que se fomenten nuevas parejas, en especial cuando uno de los miembros fallece y el otro expresa la necesidad o el deseo de tener compañero o compañera. 

Lo importante es que el anciano no pierda el ánimo sexual, ya que con el abandono de la sexualidad paulatinamente comenzamos a declinar en todos los órdenes de la vida, social, laboral, el aspecto físico, etc., y la manera de combatir esta declinación es el afecto, ya que muchas veces es solo miedo al fracaso sexual.












COMENTARIOS 

La vejez es un proceso complejo, influido por la herencia, la alimentación, la salud, los factores ambientales y no se sabe con exactitud por que el cuerpo de las personas funcionan menos eficientemente a medida que se hace viejos. Como ciclo natural de nuestras vidas tenemos que llegar a esta etapa pasando por el desgaste físico llevando a la pérdida de habilidades tanto físicas como mentales. Aunque todo depende del entorno, el estilo de vida, el rol que se ha tenido frente a la sociedad, esta etapa está marcada por muchos cambios también es la etapa de la jubilación, trae cambios a nivel emocional, socioeconómicos, hay muchos ancianos que al llegar a esta edad no cuentan con el apoyo familiar y tiene pésimas condiciones de vida.
 La muerte es una realidad para todos sin importar la edad, pero las personas a medida que se acercan a la vejez y ven este tema como algo mas próximo no se sienten preparadas para afrontarlo, es por eso que debemos brindar todo nuestro apoyo es una etapa donde el acompañamiento es esencial y puede hacer que tomen esta etapa de una manera más armoniosa.

Existen diversos paradigmas para comprender la vejez y el envejecimiento, ya que ambos procesos expresan a una realidad multifacética atravesada no solo por el paso del tiempo, sino también por aspectos fisiológicos, sociales y culturales.

La vejez puede ser tanto una etapa de pérdidas como de plenitud, todo depende de la combinación de recursos y la estructura de oportunidades individuales y generacionales a la que están expuestas las personas en el transcurso de su vida, de acuerdo a su condición y  posición dentro de la sociedad. Esto remite a la conjugación de la edad con otras diferencias que condicionan el acceso y disfrute de los recursos y oportunidades —tales como el género, la clase social o el origen étnico.

El adulto mayor tiene que enfrentar el no volver al trabajo y perder la vida social que tenía, entendiendo que debe centrarse mejor en ganar espacio en su familia para que así se sienta que pertenece a algo; así mismo debe entender que los años pasan y que hay que cuidarse para ese momento tratando de obtener un mejor estado físico para adaptarse a los cambios ya que la memoria puede llegar a declinar pero esto puede ser compensado con la calidad de sus pensamientos ya que estos están cargados de una sabiduría heredada de las vivencias.

Igualmente, hay que tener en cuenta la autoestima de los adultos mayores, ya que la manera como ellos se perciben depende de cómo se sientan,  inútiles y sin ganas de superarse, sufren depresión por los cambios y al aislamiento que en ocasiones les sucede por el desempleo, así como el decaimiento del valor adquisitivo, hay que resaltar que todos vamos a llegar a esta etapa de la vida, que debemos aprender a convivir con nuestros adultos y que en algún momento necesitaremos de ellos.


BIBLIOGRAFIA


vejez.galeon.com
vejezconsalud.weebly.com › factores-biopsicosociales
Revista Cubana de Medicina General Integral
versión On-line ISSN 1561-3038
Rev Cubana Med Gen Integr v.24 n.1 Ciudad de La Habana ene.-mar. 2008